Un sofá de piel supone una de las piezas de más valor estético en cualquier salón. Sin duda imprime un toque de elegancia y empaque que destaca en todos los ambientes, además del confort que la piel aporta. Combina con estilos muy diferentes, puesto que la piel es ?el acabado?, pero lo que define la pieza son las formas, la anchura de sus asientos, la altura de sus respaldos, cómo los brazos rematan la pieza, si es que los tiene... por lo que podemos hablar de un sofá de piel refiriéndonos desde el más moderno hasta el más clásico, que podría ser el icónico modelo Chester, que debe su nombre al encargo que hizo el conde Chesterfield para recibir a sus invitados en un sólido sofá de cuero donde no se les arrugaran sus trajes.
Como todo lo que es valioso, hay que prestarle una atención especial a la hora de cuidarlo. Pues bien, en este artículo vamos a facilitarte algunos consejos y trucos para conservar limpia e impecable la piel de tu sofá o sillón sin ningún esfuerzo.
En primer lugar, hemos de considerar distintos cuidados según la época del año. En invierno, cuando usamos estufas o radiadores, hay que tener muy en cuenta no ponerlos cerca de una fuente de calor porque puede verse afectada la tintada de la piel, variando el color, la suavidad del tacto, podría perder su elasticidad y hasta llegar a cuartearse. El sol directo es también un aspecto a evitar, no solo por los efectos del calor, sino también por la luz intensa que lo desgasta.
El segundo elemento a tener en cuenta es la necesidad de hidratación y nutrición. La piel es un tejido natural y, como tal, acusa el paso del tiempo. Si no se aplican cuidados que prevengan su envejecimiento, los signos de la edad pueden aparecer de manera prematura.
Existen productos específicos para su hidratación. Es muy recomendable hacerlo como mínimo dos veces al año. Sin embargo, si su aspecto te demanda un tratamiento extra, no dudes en dárselo. Antes de aplicarlo, como ocurre con nuestros propios tratamientos faciales y corporales, la piel tiene que estar bien limpia. Pasar con cuidado la aspiradora para quitar el polvo acumulado y después un paño humedecido en agua jabonosa sería suficiente.
Lo bueno de la piel es que es más fácil mantenerla limpia y en buen estado que otro tipo de tejidos en los que las manchas penetran en su interior y es más complicado eliminarlas. Aunque se derrame algún líquido o caiga sobre él algún tipo de alimento, normalmente con pasar un simple trapo húmedo sobre la mancha suele ser suficiente. Eso sí, ha de hacerse de manera inmediata. Importante: no es recomendable frotar porque podrías lacerar la piel.
También te sugerimos que tengas especial cuidado con los objetos que sueltan tinta, por ejemplo, rotuladores o bolígrafos, pero también periódicos, por ejemplo. Todo lo que deje una marca en la piel de tus dedos, lo dejará también en la piel de tu sofá.
Si sigues estos sencillos consejos, tu sofá o tu sillón de piel lucirá igual de bonito que el primer día durante mucho tiempo. Y en el caso de que estés pensando en adquirir uno, es cierto que requieren una mayor inversión frente a otras opciones como los tapizados de tela, pero a medio plazo todo son ventajas. No solo, como te ya te hemos contado, por su fácil mantenimiento y limpieza, sino por su mayor durabilidad y una estética que no se ve afectada por los continuos cambios de la moda. Acércate a la Mueblería y podrás comprobarlo todo de primera mano en nuestra amplia superficie de exposición, podrás probar muchos sofás de piel. Ven y pregúntanos todas tus dudas. Nos encontrarás donde siempre, en Avenida de Novelda, 273 de Alicante.
